Esta ensalada combina divinamente con carnes muy condimentadas. Si no encuentra pistaches, se pueden usar almendras o piñones.
Para dos:
1 taza de mango fresco picado
1 cucharada jugo de limón
1/2 cucharadita aceite vegetal
1/2 cucharadita de semilla de cilantro molida
un pellizco de sal
3 tazas de hojas variadas de lechugas--orejona, italiana, francesa, etc.
1/2 taza de fresa fileteada
1 cucharada de pistaches picados
Colocar 3/4 de taza de mango en una procesadora de alimentos o una licuadora de buena calidad. Procesar hasta que esté bien picado. Agregar jugo de limón, aceite, semilla de cilantro molida, y sal. Procesar hasta que la mezcla salga uniforme y suave.
Combinar 1/4 de taza de mango, las hojas de lechugas, y fresas en un plato hondo. Mezclar y dividir entre dos platos, espolvorear con el pistache picado, y agregar el aderezo de mango a la hora de servir.
No sé si se han fijado, pero en el canal Gourmet, con cocineros latinos de todo el continente, hay uno que otro que piensa que no sólo crea recetas sino que inventó el guacamole. ¿Ustedes creen realmente necesario que pase un cocinero cuatro minutos indicándonos cómo picar cilantro? (Fíjense, mensas, se sostiene así el cilantro, se dobla así para picar mejor, se agarra así el cuchillo, se hace este movimiento para cortar...ah carajo!!! Me corté el dedo, pero no importa, es pura proteína..)
Si una mujer trapea un piso, nadie se sorprende, y seguro que nadie celebra el hecho. Si un hombre trapea un piso, él mismo lo va a celebrar, no hace falta que lo hagan otros! Una vez Rosaura Barahona escribió sobre un viudo que aprendió a hacer las tareas caseras--como barrer y trapear--y se llenó de orgullo al ver el trabajo bien hecho. Las mujeres llevamos siglos haciendo lo mismo, pero hasta ahora, a mis 60+ años, nunca he escuchado que llegue un marido de la calle y comente, "¡Carajo, el piso brilla!!! Felicidades, mi amor, qué trabajo tan estupendo!!"
Que un hombre se ensalce porque pica cilantro--y nos enseña cómo hacerlo, como si estuviéramos discapacitadas intelectualmente--o se enorgullezca porque limpió el piso sólo sirve de prueba de que en general la mujer es descalificada en sus labores caseras. Este es un hecho ampliamente comprobado en estudios realizados en EU; si los mismos estudios se hicieran acá de este lado, no quiero saber cómo saldrían! Que un hombre se crea un ser superior porque picó el cilantro es como si se deificara porque aprendió a usar el papel higiénico.
Por fortuna, la generación de mis hijos se ha salvado. Tanto mis hijos varones como mi yerno saben hacerlo todo: lavar platos, cambiar un pañal, alimentar a un bebé, cocinar, limpiar, trabajar, divertirse, y en ningún momento dudan de su calidad masculina ni del valor del trabajo de sus esposas. Bravo!!! Han logrado sacudirse los estereotipos culturales que pesan como lápidas sobre tantos hombres y tantas familias. Ellos y sus esposas jalan parejo, cada quien en lo que ha elegido hacer, pero todo el trabajo, del tipo que sea, es reconocido como valioso. Y así entre sus amistades.
Os saludo, oh nueva generación!
jueves, 14 de junio de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
in deed, las cuatro fotografías son hermosas, y sus personajes....os adoro!
Publicar un comentario